«DESCUBRIMIENTO DE LOS RECEPTORES SENSORIALES PARA LA TEMPERATURA Y EL TACTO»
La percepción de la temperatura y el tacto son claves evolutivas cruciales para miles de especies en nuestro planeta, incluido el ser humano. Estas sensaciones han influenciado nuestros patrones de comportamiento y decisiones a lo largo de milenios.
Notar frío, calor o la diferencia entre superficies lisas y rugosas son sensaciones cotidianas que, aunque damos por hecho, implican complejos impulsos nerviosos cuya comprensión era un enigma hasta hace poco. En 2021, David Julius y Ardem Patapoutian fueron galardonados con el Premio Nobel de Medicina o Fisiología por resolver estas incógnitas.
David Julius utilizó capsaicina, un compuesto irritante del chile picante, para identificar los sensores de receptores nerviosos de la piel que responden al calor. Por otro lado, Ardem Patapoutian descubrió una nueva clase de sensores en células sensibles a la presión, abriendo así nuevas vías para entender cómo el sistema nervioso percibe estímulos mecánicos, calientes y fríos.
Los galardonados han identificado puntos críticos que faltaban en nuestra comprensión de la interacción compleja entre nuestros sentidos y el entorno. Esto ha marcado un avance significativo en la neurociencia y la fisiología sensorial.
Históricamente, desde René Descartes en el siglo XVII hasta Joseph Erlanger y Herbert Gasser en 1944, se han realizado avances en la investigación de las neuronas sensoriales y su respuesta a diferentes estímulos, como el dolor y el tacto. Sin embargo, la transformación de temperatura e impulsos mecánicos en impulsos eléctricos seguía siendo un misterio.
En los años 90, se sabía que la capsaicina activaba células nerviosas causando sensación de quemazón, pero su mecanismo exacto era desconocido. David Julius y sus colegas en la Universidad de California en San Francisco desarrollaron una biblioteca genética para identificar genes que responden al dolor, el calor y el tacto. Descubrieron el gen TRPV1, que codifica una proteína sensible al calor y a la capsaicina.
Además del TRPV1, Julius y Patapoutian identificaron independientemente el receptor TRPM8, activado por el mentol y el frío. Estos hallazgos revelaron nuevos canales iónicos relacionados con la percepción de temperatura.
Simultáneamente, Ardem Patapoutian en Scripps Research identificó receptores mecanosensibles mediante experimentos con células que respondían a la presión física. Descubrió el gen Piezo 1, crucial para la sensación táctil y la propiocepción, el sentido del movimiento corporal.
La investigación posterior demostró que los canales Piezo 1 y Piezo 2 regulan procesos fisiológicos como la presión arterial y la respiración. Estos descubrimientos han desencadenado investigaciones intensas sobre sus implicaciones médicas, buscando desarrollar tratamientos para diversas enfermedades.
En resumen, los trabajos de Julius y Patapoutian no solo han revelado los mecanismos fundamentales de percepción sensorial en el cuerpo humano, sino que también han allanado el camino para futuras investigaciones y aplicaciones terapéuticas en medicina.